About me:
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Artist - Album
Hola! Soy Mery,
siempre me he considerado una persona romántica. De esas que creen en el amor bonito, en las miradas que dicen más que mil palabras, en los pequeños gestos que te hacen sentir especial sin necesidad de grandes discursos.
Y sin embargo, cada vez que pienso en cómo está el amor hoy en día, no puedo evitar preguntarme:
¿Es demasiado pedir?
No estoy buscando una historia perfecta. No espero a un caballero de novela antigua, impecable, sin errores. Lo que busco (y lo que merezco) es algo sencillo, pero cada vez más raro: respeto, cariño genuino, conexión real.
No quiero conformarme con menos.
Y creo que tenerlo claro es una de las mayores muestras de amor propio que puedo darme.
Porque sí, todos cometemos errores. Todos tenemos defectos. Pero hay líneas que no estoy dispuesta a cruzar: la falta de respeto, la indiferencia, el desinterés disfrazado de modernidad.
No, no quiero estar en una relación solo "porque toca". No quiero estar con alguien que no quiera enamorarme cada día, igual que yo estaría dispuesta a hacerlo.
Parece que ahora se lleva querer a medias, hablar a ratos, ver a la otra persona cuando me apetece y desaparecer cuando me incomoda.
Nos hemos vuelto expertos en protegernos... pero también, sin darnos cuenta, hemos dejado de apostar de verdad por alguien.
Como si todo el mundo fuera reemplazable.
Como si el amor fuera solo una cuestión de oportunidad y no de decisión.
Prefiero esperar a conformarme.
Sé qué tipo de amor quiero.
Sé qué tipo de persona quiero a mi lado.
Sé el tipo de mujer que soy y lo que puedo ofrecer.
Así que prefiero seguir esperando.
Prefiero seguir soñando.
Prefiero seguir creyendo.
Porque aunque el mundo quiera convencerme de que pido demasiado, en el fondo de mi corazón sé que no es así.
No pido demasiado.
Pido lo justo.
Pido lo que yo también estoy dispuesta a dar.
Al final, me ha tocado ser una romántica en un mundo regido por Instagram, Tinder y relaciones vacías, donde las conexiones cada vez son más fugaces.
Pero, aún en medio de todo eso, no pierdo la esperanza. Porque cuando miras el mundo con amor, en realidad estás rodeada de él.
El amor no se trata de tenerlo todo resuelto ni de encontrar la perfección, se trata de elegir ver lo bueno, de creer en lo bonito, de no conformarse con lo fácil. Y en algún lugar, estoy segura, el amor verdadero está esperando a ser descubierto.